El mundo se está acabando desde siempre. Las imágenes y las noticias del desastre se suceden una tras otra. Y se repiten. Todo arde. Todo vuelve a empezar. Todo vuelve a arder. La velocidad en que un acontecimiento reemplaza a otro impone un consumo acelerado de información: todo es relevante, todo impresiona, todo es urgente.
Pero basta cerrar un rato la pantalla y abrirla de nuevo para ver cómo todo sigue. Abrir y cerrar los ojos. La fidelidad y el compromiso que demandan la permanencia en una sola preocupación, en un solo acontecimiento, no conviven bien con el ansia por llenar el vacío con algo nuevo, con algo que no necesite esfuerzo. Así, nada realmente importa, solo olvidarse de uno mismo, no verse al espejo y seguir el paso de un presente acelerado.
Pero los fantasmas no se van tan fácilmente, también demandan una ética de cuidado, y en Flat News (el largo siglo XXI), David Orbea se queda con ellos. La selección de imágenes que forman parte de esta instalación proviene de una colección que el artista empezó a recopilar en el 2001. La imagen de las Torres Gemelas en llamas inaugura su versión del siglo XXI, que se cierra con una escena de la pandemia en Guayaquil. Abrir y cerrar con la muerte. Es una versión personal de la era de los extremos, haciendo un guiño Eric J. Hobsbawm. Extremos que están marcados por un orden global neoliberal que aplaca los malestares y anula las esperanzas de cambio.
Así, en esta selección de imágenes nos enfrentamos a un fragmento del siglo XXI seleccionado por un artista que se ubica en la posición de coleccionista de acontecimientos, que se convierte en editor de gusto arbitrario, que reduce la información gráfica a elementos básicos, aplana y abstrae. El tiempo en la memoria caprichosa de David Orbea se estira en una sucesión que no determina jerarquías. Todo sigue y nada importa realmente, pero siempre estamos a un tuit de que esto estalle. ¿Estallará?
Anamaría Garzón Mantilla